lunes, 11 de octubre de 2010

Pasión por la escritura y función docente

- La esencia del Romanticismo
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En “Pasiones impunes” (1996) G.Steiner inicia su análisis sobre el acto de leer con un comentario acerca de la obra del pintor Chardin (1734) “Un filósofo ocupado en su lectura”, tela en la que, según parece, Chardin retrató a su amigo el pintor Aved. El motivo del “lector” o la “lectora”es algo frecuente en la pintura de los siglos XVII y XVIII como “un tema común tratado de modo convencional” (op.cit. 11). Algo parecido al profesor como motivo en Pedagogía. Sin embargo, ¿por qué es interesante partir del análisis de Steiner sobre el cuadro de Chardin? En su excelente descripción de los detalles del cuadro, Steiner se fija en el reloj de arena y dice:
“Mientras que la forma del reloj de arena es binaria, su importancia es dialéctica. La arena que se desliza a través del vaso habla al mismo tiempo de la naturaleza de lo escrito que desafía al tiempo y del poco tiempo que hay para leer. El más asiduo de los letrados no lee más que una ínfima fracción de la totalidad de los textos del mundo. No existe un verdadero lector, no un “filósofo ocupado en su lectura”, aquél que no ha conocido la fascinación reprobadora de las grandes hileras de libros que no han sido leídos, de las bibliotecas ..... de las que Borges fue fabulista. (...) Que el reloj de arena sea un atributo tradicional de la muerte en el arte y la alegoría en Occidente pone de relieve la doble significación de la composición de Chardin: la vida después del libro, la brevedad de la vida del hombre sin el cual el libro permanece enterrado. Nuevamente, las interacciones de sentido entre el reloj de arena y el libro encierran una buena parte de nuestra historia interior.” (op.cit: 15)
¿Qué trasciende al lector? El lugar del texto escrito. El lector tiene un tiempo que dedicar al texto. El lugar del lector es el lugar de un tiempo: el tiempo que se expande, el poco tiempo que hay para leer... ¿todo? Tiempo para leer, para saber, para enseñar... ¿algo que enseñar?

Encontramos otra referencia al “tiempo del lector” en el Segundo prefacio a las cuatro conferencias sobre “El porvenir de nuestras escuelas”, pronunciadas el año 1872 por Nietzsche, “demasiado extranjero y demasiado inexperto” (op.cit: p. 15), dónde insta al lector a no precipitarse en sus palabras:
“El lector del que espero algo debe tener tres cualidades: debe ser tranquilo y leer sin prisa, no debe hacer intervenir constantemente su persona y su “cultura”, y, por último, no tiene derecho a esperar –casi como resultado- proyectos.” (op.cit: 27)
El uso del correo electrónico con fines de enseñanza, ¿es posible? ¿No tendría que ver con la prisa a la que se refiere Nietzsche, una prisa que distorsiona las formas de relación con lo cultural... la prisa de “los proyectos”?
De Anna Pagés Santacana

Sinopsis

En este texto la autora propone una reflexión acerca del lugar “inactual”(Nietzsche, 1874) del profesor como eje de la función docente, tomando como pretexto la escritura en el correo electrónico.

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